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¡Esta es una revisión vieja del documento!


Simbolos en la Universidad Columbia

El siguiente es un compendio de los simbolismos de elementos, plantas, vegetales y animales que forman parte de los ambientes de la Universidad Columbia del Paraguay.

Flor Loto: 656

1. El simbolismo del loto, principalmente en el Asia Oriental, presenta numerosos aspectos, pero los principales resultan de la particularidad de esta flor que se abre en las superficies de las aguas estancadas. Símbolo de pureza ya que surgiendo de aguas pantanosas no está manchadas por ellas: “Así como un loto puro, admirable, no queda mancillada en absoluto por las aguas, yo tampoco estoy mancillado por el mundo” (Anguttaranikaya, 2,39. Salido de la oscuridad, se abre a plena luz: es el símbolo de la plenitud espiritual. Mientras que las aguas son la imagen de la indistinción primordial, el loto figura la manifestación que de allí emana, que prorrumpe en su superficie como el “huevo del mundo”. Por otra parte, el botón cerrado es el equivalente exacto de semejante huevo, cuya ruptura corresponde a la abertura de la flor: es la realización de las posibilidades contenidas en el germen inicial, la de las posibilidades del ser, pues el corazón es también un loto cerrado. También es símbolo de la armonía cósmica, pues el loto tradicional tiene ocho pétalos, como el espacio ocho direcciones. En este sentido, se utiliza en el trazado de números mandala y yantra. La iconografía hindú representa a Vishnú durmiendo en la superficie del océano causal, a menudo figurado este mismo por lotos símbolos aquí del elemento acuático. Del ombligo de Vishnú un loto cuya corola abierta contiene a Brahma, principio de la tendencia expansiva (rajas).Conviene añadir además que la yema de loto, como origen de la manifestación, es también un símbolo egipcio. El loto como atributo de Vishnúse remplaza en la iconografía khmer por la tierra, la cual representa en cuanto aspecto pasivo de la manifestación. Para ser precisos, la iconografía de la india distingue el loto rosa (o padma), que acabamos de ver, emblema solar y símbolo también de la prosperidad, del loto azul (o utpala), emblema lunar y shivaíta.

2. Desde el punto de vista budista, el loto -sobre el cual tiene el trono Shakyamuni- es la naturaleza de Buddha, no afectada por el entorno cenagoso del samsara. La joya en el loto (mani padme)es el universo, receptáculo del dharma, es la ilusión formal o la maya, desde donde emerge el nirvana. Por otra parte el Buddha en el centro del loto (de ocho pétalos), se sitúa en medio de la rueda (de ocho radios)que equivale al padma:así se expresa su función de Chakravartî, tal como se puede interpretar en él Bayon de Angkor-Thom. En otras circunstancias, el centro del loto esta ocupado por el monte Meru, eje del mundo. En el mito vishnuita es el tallo del loto el que se identifica con el eje. En el simbolismo tántrico los siete centros sutiles del ser que atraviesa el eje vertebral, el de la sushumna, se representan como lotos de 4, 6, 10, 12, 16, 20 y 1.000 pétalos. El “loto de 1.000 pétalos“ significa la totalidad de la revelación.

3. El simbolismo extremo oriental del loto coincide en gran medida con el de la India. Tcheu Tuen-yi recoge la noción de pureza y le añade las de sobriedad y rectitud, y lo considera emblema del sabia. De modo más general, por ser la idea de pureza constante se le añade: la firmeza (rigidez del tallo), la prosperidad (el carácter lujuriante de la planta), la prosperidad numerosa (abundancia de granos), la armonía conyugal (dos flores crecen sobre el mismo tallo), el tiempo pasado, presente y futuro (aparecen simultáneamente los tres estados de la planta: botón, flor abierta, granos).

4. Varias organizaciones chinas han tomado el loto (blanco) por emblema, tales como una comunidad amidista fundada en el siglo IV en el monte Lu y una importante sociedad secreta taoísta, a la que el simbolismo budista puede servir de cobertura, pero que podría también referirse al simbolismo de la alquimia interna, pues la flor de oro es blanca (BURA, DURV, GRIG, SOUN).

5. Aunque los lotos crecen en el agua sucia, dan nacimiento en el cieno a flores de gran belleza y gran pureza. Por esta razón la literatura japonesa utiliza esta flor como imagen de la moralidad, que puede permanecer pura e intacta en medio de la sociedad y sus villanías, sin que sienta necesidad por ello de retirarse a un lugar desierto.

6. En la iconografía egipcia, el loto abierto, como el fénix, simboliza el nacimiento y los renacimientos. El loto es el primer nacido de las aguas primordiales; después, el demiurgo y el sol brotan del corazón del loto. En Egipto el loto azul se considera como el más sagrado: “ofrecía una fragancia de vida divina: sobre las paredes de los hipogeos tebanos se verá a la asamblea familiar de los vivos y los muertos respirar gravemente la flor violácea, con un gesto en el que se mezclan la delectación y la magia del renacimiento” (POSD, 154). [René Guénon ha señalado (GUES) que el símbolo del loto tiene su equivalente en la rosa para las tradiciones del Occidente, donde ésta desempeña un papel homólogo en todos los mitos, cuentos, leyendas y en las historias sagradas.]

Carpas: 253

La carpa significa para nosotros ignorancia y discreción, significaciones ambas que parecen estar ligadas. En Extremo Oriente, es entre todos, un animal de buen augurio: así se lo utiliza frecuentemente en le expresión de los deseos. Su notoria longevidad la convierte, por otra parte, en emblema del voto del mismo orden. La carpa es la montura y la mensajera de los Inmortales: la utilizan para elevarse en el Cielo y encuentran en su vientre mensajes y sellos. Se transforma fácilmente en dragón alado. Colocada su efigie en los tejados, los protege contra los incendios. En el Vietnam, es quien conduce al cielo al genio del Hogar durante los días que preceden a la renovación del año. Pero es también quien, en la fiesta del medio otoño, protege las casas contra las fechorías de la Carpa de oro, espíritu demoníaco de las leyendas populares. En la China, y sobre todo en el Japón, la carpa simboliza el coraje y la perseverancia, pues remonta la corriente de los ríos e incluso los rápidos. Símbolo virilidad audaz, es emblema de los muchachos. También se colocan, en el día de la fiesta que les está consagrada, carpas de papel en la punta de un mástil o sobre los tejados de las casas (CHOO, DURV, HERS, KALL, OGRJ). La carpa en también entre los chinos el símbolo de la supremacía intelectual. Ofrecer una carpa a un estudiante es un prestigio de éxito en los exámenes. En el Japón, se dice que contrariamente a los demás peces que pretenden escapar, la carpa, cuando se halla en la tabla de destripar, se queda ya inmóvil y eso es lo que debe hacer el hombre ideal ante la muerte inevitable. Es un símbolo de la vulva para los bambara; las muchachas cantan después de recibir la excisión: “Carpa, madre carpa; la madre carpa fue a asearse; algo apareció ante la madre carpa; al mirarlo se diría que es un cordón rojo, un ponpón rojo”, aludiendo al clítoris (ZAHB). La carpa presagia la fecundidad en los planos material y espiritual.

Número 8 o Infinito: 768

1. El ocho es universalmente el número del equilibrio cósmico. Es el número de las direcciones cardinales a las que se añaden las direcciones intermedias; es el número de la rosa de los vientos, de la Torre de los vientos ateniense. Frecuentemente es el numero de los radios de la rueda, desde la rodezuela céltica a la Rueda de la ley búdica [la Rueda del Dhamma]. Es también el de los pétalos del loto y de los senderos de la Vía. El de los trigramas del Yi-king y de los pilares del Ming-t’ang; el de los ángeles portadores del trono celestial; también –sin que se sepa exactamente de que forma- el del espejo de Amaterasu. Como indican los pilares del Ming-t’ang, los ángeles del trono y la parte octagonal del linga… el numero ocho y el octágono tienen también valor de mediación entre el cuadrado y el círculo, entre la tierra y el cielo, y por tanto se refieren al mundo intermedio. La iconografía y la arquitectura hindúes dejan mucho lugar al simbolismo de la octada: los brazos de Vishnú son ocho, y corresponden a los ocho guardianes del espacio; los grahas (planetas) dispuestos alrededor del Sol son ocho; las formas (murti) de Shiva son ocho, representadas en dos templos del grupo de Angkor por ocho linga alrededor de una linga central. En el Bayon de Angkor-Tho, el Buda se sitúa en el centro de un verdadero loto de ocho capillas radiantes asumiendo por esta disposición las funciones shivaítas y las del rey Chakravartí, el que hace girar la rueda en el centro mismo del universo. Este simbolismo del equilibrio central, que es también el de la justicia, se halla también, en la octóada pitagórica y gnóstica (BHAB, BENA, GRIC, GUES, HERS).

2. La cifra 8 (hachi) es símbolo en el Japón de una multitud de cosas. Así el propio Japón es denominado por sus habitantes, desde época muy lejana, las Gran-Ocho-Islas. Esto significa que este país está constituido por una cantidad innumerable de islas. Es una cifra que se encuentra muy a menudo en los antiguos textos sagrados shintoístas con este sentido de múltiple. Se ha convertido en una cifra sagrada. Pero el ocho no es lo innumerable, indefinido y disperso; es lo innumerable que constituye una entidad que se expresa por el ocho. Un ejemplo de nuestra época: en Yokohama ha sido identificado en 1.932 un centro nacional de educación espiritual. Tiene planta octogonal y encierra en el interior las estatuas de ocho sabios del mundo: Sakyamuni, Confucio, Sócrates, Jesús, el príncipe Shotoku (siglo VII), Kobo Daishi (siglo IX japonés), y los sacerdotes Shinran y Nichiren (siglo XIII japonés). La forma octogonal no ha sido por el hecho de haber ocho sabios en el mundo; el numero de ocho sabios no es tampoco por otra parte limitativo; la forma del templo tal numero de sabios significan la sabiduría infinita con formas innumerables en el centro de todo esfuerzo espiritual, de toda educación y de toda búsqueda.

3. El octavo día sucede a los seis días de la creación y al sabbat. Anuncia la era futura eterna; implica no solamente la resurrección de Cristo, sino la del hombre. Si la cifra 7 es sobre todo el numero del Antiguo Testamento, el 8 corresponde al Nuevo. Anuncia la beatitud del siglo futuro. Según San Agustín, toda acción en esta vida se relaciona con la cifra 4, o también con el alma cuyo numero es ternario. Más allá del séptimo día, viene el octavo que señala la vida de los justos y la condenación de los impíos. (Sobre la cibra 8. cf. Augustín Luneau, L’histoire du salut chez les Péres de l’Église, París 1.964, p. 338-339). El 8º día, según carl Schmidt, tiene origen cristiano, aun cuando se presenta como tema gnóstico. Simboliza a la vez resurrección de Cristo y la promesa de resurrección del hombre transfigurado por la gracia.

4. En el pensamiento de los dogon, todo lo que es puro –como ya se ha dicho-, es decir justo a ajustado, es doble: colocado en el signo de la gemelaridad de los principios –o los sexos- contrarios, condición del dinamismo equilibrado. Así todo hombre, lo mismo que todo animal, nace con dos almas, una macho y otra hembra. La única excepción a esta regla es la divinidad del desorden, tenebrosa y a menudo maléfica, por que nace única. El numero clave de la creación no es pues el cuatro, sino el ocho por su cualidad de cuatro doble. Hay pues ocho héroes creadores y ocho familias humanas, nacidas de los ocho ancestros primordiales, de los cuales cuatro tienen predominancia macho y los otros cuatro una predominancia hembra, aunque todos sean bisexuados.

Monumento por la Libertad (Libertad, Rejas):

Monumento a las Madres (Madre): 674

1. Sin ceder a la homofonía [especialmente clara en el catalán (mar-mare) y en el francés (mer-mère)], se puede decir, sin embargo que el simbolismo de la madre se relaciona con el de la mar, como también con el de la tierra, en el sentido que una y otra son otros tantos receptáculos y matrices de la vida. El mar y la tierra son símbolos del cuerpo material. Las grandes diosas madres han sido todas diosas de la fertilidad: Gea, Rea, Hera, Deméter para los griegos, iris entre los egipcios y en las religiones helenísticas, Ishtar entre los asirobabilonios, Astaré para los fenicios [y los iberos], Keli entre los hindúes. En este símbolo de la madre se encuentra la misma ambivalencia que en el del mar y la tierra: la vida y la muerte son correlativas. Nacer es salir del vientre de la madre; morir es retornar a la tierra. La muerte es la seguridad del abrigo, del calor, de la ternura y el alimento; es también, por contra, el riesgo de opresión debido a la estrechez del medio y al ahogo por una prolongación excesiva de la función de nodriza y de guía: la genitrix devorando al futuro genitor, la generosidad tornándose acaparadora y castradora. Siendo la transposición mística del cristianismo, la madre es la iglesia, concebida como la comunidad donde los cristianos pozan la vida de la gracia, pero donde pueden también sufrir, por las deformaciones humanas, una tiranía mental abusiva.

2. La madre divina simboliza por lo contrario la sublimación mas perfecta del instinto y la armonía mas profunda del amor. La madre de Dios, en la tradición cristiana, es la Virgen María, que concibió a Jesús del Espíritu Santo. En los dogmas de la Iglesia católica expresa una realidad histórica, no un símbolo. El hecho no deja de ser doblemente significativo, en primer lugar que la virginidad no excluye una maternidad muy real y, por otra parte, que Dios puede fecundar la criatura independientemente de las leyes naturales. Del mismo modo este dogma pone de relieve el arraigo directo de Cristo en la naturaleza humana de su madre y en la naturaleza divina de su Padre: nada podría evidenciar mejor la encarnación del verbo, la unicidad de la persona en dos naturalezas. También los padres se complacieron en desarrollar las consecuencias verbales de este hecho paradójico: María es la hija de su hijo (en cuanto él es Dios su , su creador); ella es la madre de su Dios (en cuanto es hombre, y en ella se ha encarnado). Si se considera la naturaleza divina del hijo, evidentemente ella no lo ha concebido; si se considera la persona única de Jesús, ella es verdaderamente su madre, por que le ha dado su naturaleza humana. De ahí el nombre de Theotokos, madre de Dios, que fue tan ásperamente discutido en los concilios de los primeros siglos y que expresa la mas perfecta de las maternidades.

Orquídeas: 786

Jardines: 603

Piedras: 827

Cedro: 269

Tajy:

(Buscar en Ayvu Rapyta de Leon Cadogan, preguntar a Rubén con libro en mano).

Palmeras (Palma):

796 (Buscar en Ayvu Rapyta de Leon Cadogan, preguntar a Rubén con libro en mano).

Pasionaria, Pasiflora, Mburukuja:

Yvapovo:

Mango:

Mono (Búscar nombre científico): 718

karaja

Columbia (De Colón y Paloma): (Paloma 796)

Fuente: (Introducir datos Bibliograficos)

simbolosencolumbia.1154388423.txt.gz · Última modificación: 2012/09/14 01:19 (editor externo)